Corte de internet en Afganistán asfixia a las niñas y mujeres

El calor traspasa el burka, tela que esconde el cuerpo de una niña en su casa al norte de Afganistán. Las teclas de la computadora se manchan con trazos de sudor; como muchas niñas y adolescentes afganas, hace lo que no debería hacerse: la educación online de las mujeres va en contra de la ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, implementada por los talibanes en el 2021. 

Desde la mañana de hoy algo cambió. El régimen talibán, bajo las órdenes de su líder Haibatulá Ajundzadá, cesó los servicios de internet y telecomunicaciones para el país de más de 43 millones de ciudadanos.

MUJERES. Obligaciones y castigos a las mujeres y ninas afganas por el régimen talibán. Crédito de la fotografía: Swissinfo

Consecuencias 

“Actualización: Han pasado ya 24 horas desde que Afganistán impuso un bloqueo nacional de Internet, aislando a los residentes del resto del mundo; la medida en vigor marca el regreso de los talibanes a los valores conservadores que defendían hace un cuarto de siglo, limitando las libertades fundamentales”, informó el organismo de control de internet Netblock.

La decisión del país asiático se basa en un intento para prevenir la inmoralidad. Los aeropuertos, los servicios de emergencia, la conexión de las familias separadas por continentes de distancia fue suspendida hasta previo aviso. Quienes sufrirán más, informó el diario español El país, serán las niñas, cuya posibilidad de educarse recae netamente en la conexión de internet.

SHUTDOWN. Imagen representativa del corte de internet y telecomunicaciones en Afganistán de Netblocks. 

Efecto dominó

Sabena Chaudhry, gerente de Comunicaciones de Women for Afghan Women (WAW), una organización de derechos de las mujeres afganas, explicó al medio anglosajón CNN que el apagón “no solo está silenciando a millones de afganos, sino que también está extinguiendo su línea de vida para conectarse con el mundo exterior”.

Con relación a los derechos de las mujeres, la Organización Mundial de la Salud reclamó a las autoridades talibanas que terminaran con las restricciones impuestas a las trabajadores humanitarias afganas. Esto para que pudieran colaborar en el rescate durante los dos potentes terremotos que causaron la muerte de 2200 personas en la parte oriental del país. 

Hasta hoy no se produjo ningún cambio en la política.

Muertes colaterales

Además de esta nueva dificultad que atraviesan los afganos, y después del terremoto de magnitud 6 que golpeó el este del país el pasado lunes, está el agravante del rescate: los hombres no podían tocar a las mujeres que se encontraron atrapadas por los escombros.

Catástrofe. Ruinas de zonas urbanas de Afganistán. Crédito de la fotografía: The Conversation 

Por el momento, según datos de Naciones Unidas, el saldo provisional de víctimas es de unos 2.200 muertos y de más de 3.251 heridos. Sin contar a la cantidad de mujeres y niñas cuyos burkas las asfixiaron hasta la muerte, entre el polvo y la tierra de una nación que no las protege, sino que las encarna en pecado.

Menos prensa, más presión

El corte de internet refleja otra medida en contra de la libertad de expresión y de prensa, al considerar que una gran cantidad de agencias de medios y diarios internacionales requieren de sus respectivos corresponsales para informar al mundo de las órdenes que azotan a los millones de civiles reprimidos

Amnistía Internacional resalta en su sitio web que “los talibanes reprimieron implacablemente la libertad de expresión, prohibiendo el funcionamiento de los medios de comunicación y restringiendo su programación”. 

No hay dos sin tres

A su vez, informa que Reporteros sin Fronteras (RSF) situó a Afganistán entre los tres peores países en cuanto a libertad de prensa en 2024. En abril fueron suspendidas al menos dos cadenas de televisión privadas locales (Noor y Barya) por haber criticado a los talibanes.

Tan solo en octubre, los medios de comunicación informaron que los talibanes de la provincia de Takhar habían “prohibido filmar y emitir imágenes de “seres vivos”, por ser contrario a su ley sobre el vicio y la virtud”. 

El régimen talibán demuestra una vez más que el derecho internacional es un cuento a través del cual aquellos líderes que saben reprimir sin titubeos, pueden poner un velo sobre una nación entera y aislarla del mundo.

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