DERECHOS DE LOS NIÑOS. Uno de los indicadores de mortalidad más altos en niños, niñas y adolescentes son los suicidios. Crédito de la foto: IStock
Cada semana, entran niños a las salas de emergencia del Pereira Rosell sin muñecos en sus brazos. Hay enfermedades que suelen ser tabú entre los adultos, los problemas de salud mental son un secreto que se esconde bien.
Los niños también lo esconden.
Solo en 2019, Unicef estimó que uno de cada siete adolescentes
experimenta una enfermedad mental, eso sería alrededor de 166 millones de jóvenes,
niños y niñas a nivel global.
TABÚ. Datos de Unicef sobre la cantidad de adolescentes y jóvenes que experimentan problemas de salud mental, de las edades de 10 a 14 y 15 a 19
Según datos de la Organización Mundial de la Salud más de
720.000 personas se suicidan cada año. Uruguay tiene la tasa de suicidios más
alta de América Latina: en el año 2021 se suicidaron 758 personas, lo que
representa el indicador más alto en los últimos 25 años.
Entre los jóvenes de 15 a 29 años, el suicidio constituye la
cuarta causa de muerte a nivel mundial; en Uruguay es la primera. En medida más
baja, menos hablada y percibida por la población uruguaya, están los casos de
niños y niñas suicidas.
En el marco de un estudio de la Revista Uruguaya de
Enfermería, se citó a una investigación realizada en 2006 por el Equipo de
Evaluación de instrumentos en Psiquiatría Pediátrica de la Clínica de
Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina, en la que muestran que el
deterioro socioeconómico, el desempleo, la falta de esperanza del entorno,
afectan al niño más de lo que se supone; la pobreza no lo explica todo, pero
colabora al aumento de Intentos de autoeliminación.
Lo económico: una variante
Entonces, con esta situación de contexto, cabe recordar que el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE) realizó un relevamiento de la pobreza
e indigencia en Uruguay del año 2024 y que destacó cifras, como que la pobreza
en niños menores de 6 años se ubica en 32% y de 6 a 12 años está en el 28,1%.
POBREZA. Datos de INE sobre la incidencia de pobreza según grupos de edades en el 2024.
De igual forma, Carlos Zunino, grado 3 y uno de los
Pediatras de cabecera de la Unidad C – pediatría- en el Pereira Rosell, enfatizó
en que “los problemas de salud mental afectan a todos los niveles socioeconómicos”.
Al trabajar en un Hospital cuyos principales pacientes son
partícipes en la pobreza estructural, incluyendo los niños, expresó que, a
pesar de que “la pobreza es un factor de riesgo muy importante para los
problemas de la salud mental hay otros factores que hacen que, en otros niveles,
estos problemas sean muy frecuentes: no es algo exclusivo de un nivel socioeconómico”.
Muerte constante
Uruguay tiene una de las tasas de suicidio más altas en América
Latina, siendo uno de los factores que influyen más en las causas de mortalidad
del país. Con el Covid-19, los indicadores de mortalidad cambiaron: excepto en
la tasa de suicidios.
“Ha sido sostenido el número de ingresos por intentos de autoeliminación
a pesar de la pandemia, en el 2020-2021, los ingresos disminuyeron en el
hospital pero los problemas de la salud mental vinculados con vulnerabilidades
sociales, con la violencia sexual y el maltrato, se mantuvo; y hasta podemos
decir que en algunos casos aumentó luego de la pandemia”, informó Zunino.

CONTINUIDAD. Las cifras no bajaron en la cantidad de ingresos por problemas de salud mental luego de la pandemia. Crédito de la foto: Gub.uy
Un problema transversal
Los intentos de suicidio en niños y adolescentes, afirmó, no
son un problema que deba ser meramente adjudicado al sistema de salud uruguayo:
“La forma de prevenir es trabajar en la prevención del
intento tanto como en los otros problemas de la salud mental y también trabajar
en crianzas sin violencia; no es algo exclusivo del sistema de salud, debe ser
algo general, algo a todo nivel: la salud, la educación, el sector de la
justicia, ese abordaje intersectorial debe funcionar tiene que dar respuestas y
proteger a estos niños y adolescentes”.
PROTECCIÓN. La necesidad de una intervención multidisciplinaria para tratar esta crisis requiere atención nacional. Crédito de la foto: LaSexta
Respecto a las carencias que tiene la respuesta a nivel de
la salud en relación con el tratamiento de estos niños, niñas y adolescentes
explicó que “a veces las carencias van desde entender a estos problemas como
solo de un sector: no es solo del sector de la salud sino que son
multidimensionales y se requieren políticas globales donde la atención a la
salud mental sea parte de ese respeto de todos los derechos de estos
adolescentes”.
El antes y después del suicidio
En el Pereira Rosell, el protocolo para tratar los casos de intentos
de autoeliminación y de problemas de salud mental comienza con la prevención de
la situación. En los ingresos posteriores al intento se realiza una consulta inmediata
con el servicio de emergencia para posteriormente ser evaluado por un equipo médico
y de salud mental.
Al ser una situación de alto riesgo, se requiere una hospitalización
por parte del ente de salud y una evaluación por el equipo del área referida: psiquiatría,
psicología, a veces también por equipos sociales y, como figura de atención integral,
pediatría.
La línea Uruguay para prevención de Suicidio es 0800 0767 /
*0767, también hay una línea de apoyo emocional: 0800 1920.


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