Crisis humanitarias, desastres naturales y violencia autoritaria, un patrón que se repite


TRAGEDIA. Ruinas que dejó el terremoto que costo al menos dos mil muertos en Myanmar y Tailandia. Crédito de la foto: DW

El terremoto que arrasó con Myanmar este viernes, que tuvo una magnitud de 7,7, repercutió en miles de personas heridas y al menos dos mil muertos. Esta tragedia, que fue un foco mediático y un fenómeno en las redes sociales, con edificios derrumbados en una ciudad que parece resquebrajarse más al paso de los minutos, cuenta un relato que la nación asiática repite desde hace décadas.

El terremoto también arrasó con parte de Tailandia, donde la ayuda a las personas debajo de los escombros no tardo en llegar, o al menos en comparación con su país vecino que, a la par de la catástrofe ambiental, vive una doble crisis humanitaria: una policrisis, según la ONU, a raíz de la dictadura militar y la guerra civil que se desencadenó por el régimen autoritario.

Asimismo, se puede decir que el régimen militar, como en ocasiones anteriores, utiliza la ayuda humanitaria como arma de guerra.

“Policrisis”

En Myanmar, el régimen autoritario tuvo una leve interrupción democrática desde el 2015 al 2020.  Un año después de volver a llamar a las urnas a los ciudadanos del país asiático, el Ejército concluyó un nuevo golpe de estado en febrero de 2021 liderado por el general Min Aung Hlang, que preside el país actualmente. Desde entonces, al menos 5.000 ciudadanos han muerto debido a la violencia del régimen.

La decadencia del país, liberado de sus colonizadores ingleses en 1948 que la habían bautizado como Birmania, repercute más allá de las vidas tomadas en el fuego cruzado. La carencia de un gobierno estable, la reiteración de sus fracasos económicos, también afectaron a la población en el área alimentaria.

Antes de los sucesos del viernes, de un total de 55 millones de habitantes más de 18 millones de personas dependían de la ayuda humanitaria de acuerdo con cifras de Naciones Unidas.

El Gobierno de Unidad Nacional, una unidad opositora el régimen, expresó que, a pesar del terremoto y las búsquedas a los enterrados bajo los escombros, la junta del ejército bombardeó zonas opositoras apenas horas después de lo sucedido: los ataques impactaron las aldeas de Chiang Oo, en el epicentro del terremoto, y Naung Cho.


ORIGEN. Epicentro del terremoto que tuvo lugar este viernes, en el país asiático de Myanmar. Crédito de la foto: El observador

Víctimas elegidas

A pesar de recibir ayuda y recursos por parte de China, Rusia o Singapur, los especialistas temen que Myanmar sufra las consecuencias de una desigualdad por parte del régimen al momento de repartir la ayuda. La junta militar tiene antecedentes de limitar el alcance de los recursos a sus bastiones políticos.

Según la BBC, la junta militar tiene el control de apenas el 22% del territorio birmano. El resto es manejado por las fuerzas armadas opositoras, que en los cuatro años  de guerra civil, han manejado cada vez más parte del territorio nacional que el propio oficialismo.

SIN FE. Numerosos templos budistas y sitios históricos del país fueron destruidos durante el terremoto. Crédito de la foto: DW

A su vez, según el Índice de Riesgo Climático Global (IRC), realizado por Germanwatch, Myanmar es uno de los países más afectados por fenómenos meteorológicos extremos.

Acceso a humanidad

Es en este tipo de catástrofes que los riesgos permanentes de los grupos más vulnerables salen a la luz; después de un análisis de desastres naturales realizado por ONU Habitat, se detectó que en 141 países que las mujeres y niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir que los hombres.


AYUDA HUMANITARIA. Órgano de rescate en Myanmar buscando sobrevivientes bajo los escombros. Crédito de la foto: National Geographic

La vida de las mujeres pende del hilo que atraviesa las conductas socioculturales y económicas que envuelven a los países que viven conflictos bélicos o naturales.  Según datos de la organización de investigación estadounidense y global Brookings, por ejemplo, a nivel mundial por cada hombre adulto que se ahoga en una inundación, mueren entre tres y cuatro mujeres.

Asimismo, la brecha de derechos e igualdad entre el hombre y la mujer cobra su vida e integridad durante los desastres naturales, donde el abuso sexual y la violación hacia las mujeres, adolescentes y niñas es común entre las desplazadas.

Mujeres, niñas y la muerte

Ellas también deben enfrentarse a los estigmas sociales y la decadencia en el sistema de salud durante el periodo postcatastrofe, donde el acceso a artículos de higiene menstrual y cuidados de salud maternal necesarios se ven condicionados por la percepción del gobierno que debe asistirlas.

En su investigación, ONU Habitat también enumera otros ejemplos donde la brecha de género se hace notar mediante las grietas expuestas del sistema de asistencia de los gobernantes factos.

SOBREVIVIR SIENDO MUJER. Mujeres y niñas pasan a través de terrenos inundados respetando las tradiciones religiosas. Crédito de la foto: ONU Hábitat

En el huracán Katrina, en los Estados Unidos, la mayoría de las víctimas atrapadas en Nueva Orleans fueron mujeres afroamericanas con sus hijos. También, en Sri Lanka, asegura que fue más fácil para los hombres sobrevivir durante el tsunami porque a los niños se les enseña a nadar y trepar a los árboles, y a las niñas no.

Ayudar condicionado

El concepto de ayuda humanitaria, hambre o sed como herramienta de guerra viene dando vueltas por el territorio al oeste de este país, la Franja de Gaza. En ese caso, las noticias de bebes y ciudadanos muertos por las heladas del invierno gazatí llegaron a algunos titulares, sin tanta repercusión mediática.

De igual forma, el acceso de ayuda y recursos para mantener a los millones de palestinos con vida, tales como comida, agua potable e infraestructura móvil para resguardarse, ha sido trancada, negada y controlada por Israel, que, utiliza el hambre, la sed y la salud como arma de guerra contra el grupo armado Hamas.

La temporada de frio intenso es desde diciembre hasta enero, en la Franja de Gaza, el invierno se presenta con inundaciones, tormentas y masas de fríos polares. Este invierno, los casi dos millones de desplazados gazatíes tuvieron que sobrevivir al frío sin mantas, calefacción o siquiera un refugio estable.

Vidas atrapadas

La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, conocida como UNRWA, en su momento explicó que a pesar de haber preparado los materiales para entregar a los refugiados internos tuvieron prohibiciones por parte de Israel:

Unas 22.000 tiendas de campaña están atoradas en Jordania y 600.000 mantas y 33 camiones de colchones están en Egipto desde el verano porque la agencia no tiene la aprobación israelí ni una ruta segura para llevarlos a Gaza y porque tuvo que priorizar la ayuda alimentaria’ expresó en febrero la portavoz de la agencia para la Associated Press.

CONGELAR LAS HERIDAS. Madres y familias amontonadas, con abrigos debido al invierno que azotó la Franja de Gaza. Crédito de la foto: UNRWA

Este inverno, decenas de bebes y recién nacidos murieron de hipotermia a causa de la falta de recursos ante las bajas temperaturas, según cifras de las autoridades palestinas.

Gran parte de estas muertes fueron en la zona humanitaria de Mawasi, en el sur de la Franja, lugar lleno de familias enteras desplazadas en carpas precarias, entre escombros tras haberse quedado sin sus casas por los bombardeos israelíes.

Futuros consecuentes

Ante esta situación, quedan antecedentes de la utilización de los recursos vitales como arma de guerra, de población civil usada como escudos humanos para fines estratégicos. Solo queda esperar que deparara a Myanmar.

GOBERNANZA MILITAR. El gobernador militar de Myanmar,  Min Aung Hlaing, (derecha) y el presidente de Rusia, Putin (izquierda).

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